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UN CAMIONERO DE ABARAN (CUENTO)

CUENTO DE NAVIDAD

UN CAMIONERO DE ABARAN
Cuento

Un camión enorme rodaba en dirección a Murcia.....
La carretera estaba muy solitaria.... Eran ya las nueve y media de la noche y era Nochebuena....
Damián, su conductor, volvía feliz a su pueblo, Abarán. Venía de Suecia, y como buen abaranero, sonreía pensando que una vez más había sobrepasado el eje Abarán - París - Londres.
Recordaba, en esa noche especial, el olor tibio que escapaba lentamente de las chimeneas pueblerinas de su querido Abarán. Su mujer no le esperaba, pues no había querido decirle la fecha de su regreso para evitarle preocupaciones e impaciencias. Le había comprado un bonito regalo, un abrigo de pieles, para que lo estrenase esa misma noche cuando fuesen a la Misa del gallo.
¡Iba a ser la envidia de sus amigas!, -Damián sonreía pensándolo -. ¡Seguro que le daba vergüenza ponérselo..!. ¡Que buena era su Paquita...!
Comenzó a llover y conectó el limpiaparabrisas que parecía la aguja de un reloj gigante y tartamudo: “Las nueve, las tres, las nueve, las tres, las nueve....”. Damián, mientras tanto, seguía con sus pensamientos y recuerdos.
Una estrella roja le avisó de la falta de combustible parpadeando en la oscuridad de la cabina del camión. Próximo a entrar en la provincia de Murcia, detuvo su vehículo en una gasolinera solitaria.
Cuando se acomodaba en su sillón para reemprender la marcha,
unos golpecitos suaves atrajeron su atención hacia la ventanilla. Una mano nerviosa le hacía señas. Damián se asomó receloso , como adivinando posibles molestias. Ante él, había un joven vestido humildemente que le decía con angustia:
-- ¡ Por favor, amigo, ayúdenos...! . ¡ Mi mujer está a punto de dar a
luz.....!. ¡ Llevenos al pueblo más cercano......!. ¡ Allí habrá algún médico....!
-- Es que.... -- mientras murmuraba estas palabras, Damián vio detrás del joven los ojos inmensos, húmedos, suplicantes y resignados de la mujer--- .... a mí me esperan y ..... --comenzó a buscar alguna excusa que le permitiera escapar de aquel compromiso inesperado, pero todas se amontonaban en su mente y, ante la mirada de la chica, reventaban como pompas de jabón.
-- ¡ Venga...!. ¡ Subid...!
Instaló a la muchacha en la litera de su cabina y reanudó el viaje.
Hundió el pie en el acelerador y buscó con ansiedad las luces de algún pueblo entre la cortina de la noche. Sin prestar mucha tención, oía las palabras de agradecimiento del marido, aunque sin embargo, oía con claridad la respiración alterada de la mujer. Le pareció entender que eran obreros en paro que volvían a su casa desde Madrid, en donde habían estado buscando trabajo, que se les había terminado el dinero por Albacete, por lo que habían tenido que continuar viaje pidiendo el favor de que les llevaran. Su último transporte les había dejado en aquella gasolinera, y quizá por la incertidumbre de lo que les iba a pasar, por el nerviosismo de verse sin dinero y por el esfuerzo de caminar que había tenido que soportar la mujer, el parto se había adelantado.
A los pocos kilómetros, la muchacha se puso de parto.... Damián, muy asustado, sacó el camión de la carretera y se dispuso a cooperar en lo que pudiera. Fue horrible... Sin embargo, después de un largo rato, el llanto de un recién nacido brotó del interior de la litera en la cabina del
camión... Como no tenían ropas para la criatura, Damián lo envolvió cuidadosamente con el abrigo de pieles que llevaba para su mujer.... No sabía el tiempo que había pasado desde que detuvo el camión, y agotado, Damián se recostó en su asiento y conectó la radio, muy bajo el volumen
para no molestar ni a la madre ni al niño. Una voz metálica se escapaba por el altavoz: .... SON LAS DOCE DE LA NOCHE. JESÚS NACE POBRE Y SOLO.....
Apagó la radio.... No quería escuchar más.... Damián sintió el
amargo sabor de una lágrima en sus labios y pensó en los miles de “JESÚS” que nacen todos los años y en todas las partes del mundo: chabolas, campos de refugiados......, o en la cabina de un camión a la orilla de cualquier carretera.

ADRIÁN GÓMEZ SÁNCHEZ
TEODORO CELDRÁN VERA


Este cuento se escribió en el año 1982, en el mes de Mayo. Forma parte de un libro de lectura que escribimos entre TEO y yo, sobre la Region de Murcia, para la escuela. Está dirigido a escolares de 10 a 12 años. La primera vez que aparecío impreso. Fue en una revista de la Noria

P.S. .- TEO, perdona que lo haya puesto en el Blog, pero creo que merece la pena que la gente los lea

Publicado por ADRIAN GOMEZ SANCHEZ

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