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DISCURSO DEL HOMENAJE AL MAESTRO

LLEVABA TIEMPO PENSANDO QUE SI NO LO HACIAMOS EN ABARAN, NO LO HARIAN EN NINGUN SITIO ( SOY ASI DE PATRIOTA), Y QUIZÁS PORQUE CUANDO ME PARIO MI MADRE DIJO: AHI VA UN MAESTRO-ESCUELA, LANCÉ LA IDEA EN EL DESAPARECIDO PERIODICO LA NORIA (QUE LASTIMA QUE YA NO SE EDITE), Y GRACIAS AL ENTUSIASMO DE PEPE JARRAS, DE MIS COMPAÑEROS MAESTROS EN ACTIVO, DEL APOYO TAN GRANDE QUE RECIBIMOS DE CARMINA GARCIA MONTIEL (LA ESPOSA DE ROBERTO, EL HIJO DE DON AMBROSIO Y DOÑA CELIA), Y POR DESCONTADO, EL APOYO Y RESPALDO DE ANTONIO FRANCISCO GOMEZ GOMEZ, ENTONCES ALCALDE DE NUESTRO PUEBLO, PUDIMOS LLEVARLO ADELANTE.

SE CELEBRO EL 27 DE DICIEMBRE DE 2004 EN NUESTRO TEATRO CERVANTES Y FUE ALGO EMOCIONANTE PARA TODOS.

ES ALGO QUE NUNCA OLVIDARE, FUE EMOCIONANTE Y CREO QUE TODOS LOS QUE ESTUVIMOS ALLI AQUELLA NOCHE, CONSERVARAN ESE GRATISIMO RECUERDO DEL HOMENAJE A LA FIGURA DEL MAESTRO DE ESCUELA, DE ESE PERSONAJE QUE TANTO HIZO POR TODOS NOSOTROS.

INVITO A LOS DOCENTES A QUE LO LEAN Y MEDITEN UN POCO...SEGURO QUE SE SENTIRAN MUY ORGULLOSOS DE HABER PASADO SU VIDA ENSEÑANDO A LOS DEMAS

GRACIAS.

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Dignísimas Autoridades

Compañeras maestras y compañeros maestros

Paisanos y amigos todos:

 

Permitidme que comience recordando aquel párrafo del Quijote, obra maestra entre las obras maestras , que decía:

“La del alba sería, cuando don Quijote salio de la venta tan contento y tan alborozado de verse armado caballero que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo.”

Y así esta mi corazón en este instante “renchío” de alegría  y “tusturrío” de “gozaera” y “arbullo”  por encontrarme entre vosotros, en mi pueblo,  Abarán  y estar en este acto de homenaje a nuestros maestros, a los maestros nacionales de siempre, los que fueron capaces de hacer que hoy seamos lo que somos.

He de decir en primer lugar, ante todo,  que me siento maestro, “maestro de escuela”, y por eso, cuando me dijeron de llevar adelante este acto que estamos celebrando, acepté encantado.

La figura del maestro, es sin lugar a dudas la más importante, después de los padres, en la vida de una persona. ¿Quién no recuerda, aun en su vejez, a aquel personaje,  hombre o mujer, que le enseñó a despertar a la vida?

¿No os habéis puesto ninguno de los aquí presentes  (que sois de mi generación) , en la boca,  el nombre de  Don José Vargas, ¡ojo!, digo Don José, no José, o el nombre de Doña Lola, o el de Don José Rojo del Toro, o de Doña Josefina…, por citar algunos, o de cualquier otro maestro que hayáis tenido?

Seguro que sí, porque para todos nosotros, sin excepción, el maestro, la maestra, es esa figura entrañable que en nuestra infancia veíamos lejano, y ahora, aunque hayan fallecido, lo vemos tan cerca…

¿Recordáis como le veíamos, con un poco de temor y mucho de respeto, y como alegraba nuestra vida infantil cuando se dirigía a nosotros con una frase amable o sencillamente un saludo?

¡Venerábamos a nuestros maestros!, incluso cuando nos castigaban, porque sabían muy bien aplicar lo que Josué Ben Gamala decía en el Talmud, el libro de la educación del pueblo hebreo: “Castiga con una mano y acaricia con las dos…”.  Y hoy aún los seguimos venerando, quizás calladamente, y recordamos anécdotas de nuestro paso por la escuela, por aquella escuela emblemática para Abarán, y en concreto para los de mi generación que era el Grupo Escolar San Pablo , y que,  fue el tronco común del que han nacido los otros colegios que hay en nuestro pueblo

Hoy, con el paso del tiempo, recuerdo a mis maestros, y comparo su figura con la de un misionero, que sin marcharse a tierras de misión, aquí realizaban una labor callada que se ha traducido en nuestro presente. Porque como rezaba un cartel puesto en la pared de una escuela rural argentina:”DONDE HAY UN MAESTRO HAY UNA ESPERANZA”…,  si, una esperanza para el futuro, ya que nos han hecho hombres libres por la cultura y por la educación que nos han dado.

Decía Federico Mayor Zaragoza, Director General de la UNESCO desde 1987 hasta 1999, que la educación es la base de la democracia, y gracias a todos nuestros maestros y maestras, hoy  podemos decir que hicimos una transición democrática ejemplar y que este año podemos celebrar los 25 años de Ayuntamientos democráticos.

No se lo debemos a personas desconocidas, no; esto es hoy una realidad  gracias a aquellas venerables personas que nos educaron en valores, aunque eso no figuraba así en el currículo, porque entonces no  lo había,  pero sí supieron infundir en nosotros  los valores del respeto, de la tolerancia, de la comprensión, de la solidaridad… Por ejemplo, ¿recordáis las campañas del Domund con aquellas huchas de negritos, y aquellos termómetros en la pared de la escuela?..., ¡eso era educar en la solidaridad…!

Cuando elegí la profesión de maestro, no sabía que estaba eligiendo la profesión más difícil y a la vez más bonita del mundo, aunque a veces se tropiece con la incomprensión de las personas, de los gobernantes, o de otros sectores…

Y es que, si os ponéis a pensar, compañeros maestros y compañeras maestras, amigos todos aquí presentes,  los maestros son los forjadores de mentes, los que educan y forman al médico, al agricultor, al albañil, al funcionario, al ama de casa…, a toda la sociedad!....

Una cosa es enseñar y otra educar. Y el maestro, no sólo ha transmitido conocimientos y nos ha enseñado,  sino que nos ha educado, nos ha dado ejemplo y nos ha hecho personas, sí,  ¡personas! para  ser útiles a la sociedad, cada uno en nuestro puesto, aunque la sociedad no lo haya comprendido a veces, porque en muchas ocasiones, la persona ha sido medida por su triunfo en la vida, por el ganar mucho dinero, por el puesto que ocupa…

Los valores y actitudes son esenciales para el ser humano. Estos constituyen la esencia más profunda de la personalidad y nunca, nunca,  aunque no hayan estado reflejados en el currículo, han estados relegados del quehacer educativo. Han ido juntos a la instrucción, porque el maestro, los maestros todos han sido eso, maestros y no solamente enseñantes.

Maestro no sólo es el que enseña, maestro es el que educa, maestro es el que forma, no es un mero transmisor de conocimientos. Por suerte para nosotros, hemos tenido “maestros” y “ maestras”, hombres y mujeres que derrochaban bonhomía las veinticuatro  horas del día, que eran maestros dentro y fuera de la escuela, que pensaban y que se preocupaban continuamente en sus alumnos, maestros que inculcaban  en nuestros corazones los sentimientos de amor, bondad, ilusión, tolerancia…

 

Quiero referir aquí lo que dice mi querida prima Isa, que vive en Madrid,  en el número ultimo de la Noria del mes de Noviembre , recordando a una maestra que durante la enfermedad de su madre tanto le ayudó. Se refería a Doña Lola, mi madrina, y seguro que en ella, en su figura,  englobaba el bien hacer de cualquier maestro. 

Si muchos de nuestros maestros viviesen ahora, seguro que la emoción les embargaría al ver su obra, al ver a sus “discípulos” , a los hombres y mujeres que ellos formaron, con su entrega a su fascinante y noble profesión,  la de maestro, y sentirían que su paso por esta vida no ha sido en vano, porque sin ser escultores, sin ser pintores, sin ser literatos que dejen obras que perduran con el paso del tiempo, ellos han conseguido la más perfecta de las obras de este mundo: la persona humana.

Como conclusión previa a mis palabras, leo este párrafo que ví un día en Internet. No sé de quien es, solo sé que es de alguien que amaba a sus MAESTROS,  y mucho:

DOCENTE EDUCADOR, TÚ ERES UN GRITO DE FE PORQUE CREES EN EL HOMBRE; TU ERES UN GRITO DE ESPERANZA PORQUE SIEMBRAS LO QUE OTROS COSECHARÁN; TU ERES UN TESTIMONIO DE AMOR PORQUE MUERES UN POCO CADA DÍA PARA QUE OTROS VIVAN PLENAMENTE.

NO DEJES DE SEMBRARTE CON CORAJE EN EL SURCO DEL CORAZÓN HUMANO, Y VOLVERÁS A SER PAN EN MUCHAS MESAS PARA VIVIR CUANDO YA NO VIVAS.

Por último,  permitidme que finalice diciendo, al igual que Gabriela Mistral, la gran poetisa:

         SEÑOR, TU QUE ENSEÑASTE, PERDONA QUE YO ENSEÑE….

 

         Muchas gracias

                                                   Adrián Gómez Sánchez

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